Este miércoles, durante una sesión en el parlamento, el primer ministro británico, Boris Johnson, admitió que había asistido a una concurrida reunión en su residencia durante el primer confinamiento en Inglaterra.
“Quiero pedir disculpas”, empezó diciendo ante la Cámara de los Comunes.
Tras ello agregó: “Sé de los extraordinarios sacrificios que millones de personas han hecho en los últimos 18 meses. Soy consciente de la rabia que sienten hacia mí y hacia mi Gobierno cuando piensan que las reglas no se cumplieron en Downing Street”.
Continuó diciendo: “Desde la perspectiva actual, creo que debí haber pedido a todos que volvieran adentro. Debí haber dado con otro modo de darles las gracias. Debí haberme dado cuenta de que, aunque técnicamente se estaban cumpliendo las recomendaciones oficiales, millones de personas serían incapaces de verlo de ese modo”.
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Ironizando sobre el hecho, el el líder laborista, Keir Starmer, dijo que “su defensa ha sido que no sabía que estaba en medio de una fiesta”, publica el medio europero El País.
“Es algo tan ridículo que resulta ofensivo para los ciudadanos británicos”, agrega.
Bajo este contexto, Starmer se preguntó: “Se acabó la fiesta, primer ministro. La única duda que queda por resolver es si le acabará echando la ciudadanía británica, su propio partido, o si hará usted mismo lo único decente que puede hacer y dimitirá”.
Según reporta la BBC, Boris Johnson se había negado previamente a admitir si estaba entre los asistentes, pero testigos le habían dicho al citado medio que el mandatario, y su esposa, Carrie, se contaban entre las personas que participaron en la reunión -a la que los asistentes tenían que llevar su propia bebida-, el 20 de mayo de 2020.
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