Autoridades ucranianas estiman que más de 2.500 personas han fallecido en la ciudad de Mariúpol desde el inicio de la invasión rusa, denunciaron las organizaciones internacionales en defensa de los Derechos Humanos.

Al respecto, Oleksiy Arestovych, asesor de la Presidencia ucraniana, ha asegurado que la ciudad «resiste» a los ataques rusos, que han alcanzado también infraestructuras civiles. «El número de víctimas entre los ciudadanos crece», agregó.

Asimismo, este lunes la viceprimera ministra de Ucrania, Irina Vereshchuk, ha señalado que las autoridades «intentarán una vez más desbloquear finalmente el movimiento de un convoy humanitario con comida y medicinas entre Berdiansk y Mariúpol».

Por su parte, el presidente del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), Peter Maurer, ha recordado a todas las partes que deben anteponer la situación humanitaria por encima de cualquier consideración de carácter bélico. «Los habitantes de Mariúpol viven en una pesadilla que dura semanas» ha exprsado en un comunicado.

De acuerdo a Europa Press, Maurer ha reclamado que se garanticen los suministros básicos, también la comida y el agua, después de que tanto el CICR como Médicos Sin Fronteras (MSF) hayan alertado de condiciones precarias, con personas obligadas incluso a recoger nieve para poder beber.

Además, agrega el medio, el CICR se ha ofrecido como intermediario para evitar una tragedia aún mayor.